Magistrados colombianos votaron por mayoría a favor de la adopción igualitaria y sorprenden al país con su decisión.

El 4 de noviembre la Corte Constitucional de Colombia nos sorprendió a todos los colombianos con su histórica decisión de abrir por completo la adopción por parte de parejas homosexuales.

El debate del que poco se había vuelto hablar desde que en abril la misma institución se limitó a permitir la adopción solo en el caso que el niño fuera hijo biológico de alguno de los padres, nos había dejado a todos, sobre todo la población LGBT, con la impresión de que nuestros magistrados se estaban lavando las manos y simplemente intentaron contentar a todo el mundo.

Pero cinco meses después, contrario al empate inicial, una impresionante votación de seis a dos a favor de la adopción igualitaria revolcó la opinión pública y nos trajo un viso de esperanza. Tal vez la equidad sí sea posible en Colombia.

¿Qué cambió?

La principal razón de este logro sigue siendo el cambio de enfoque del debate que propuso la demanda interpuesta por el abogado Sergio Estrada y la clínica jurídica de la Universidad de Medellín en junio de 2014. A diferencia de la propuesta inicial, los argumentos de Estrada no giraban en torno al derecho de las parejas homosexuales a adoptar, sino al deber del Gobierno colombiano de asegurarle a los niños del país su derecho fundamental a una familia. En una entrevista con egoCity el académico señaló que se debía “deshomosexualizar” la discusión. Así pues, cuando en abril de 2015 la Corte falló en contra del derecho de los homosexuales a adoptar, inmediatamente esta segunda acción entró en discusión. Si bien en papel se estaba exigiendo la protección de los niños colombianos, a la misma vez se le estaba otorgando un derecho a las parejas homosexuales a formar una familia.

Básicamente, si el Estado le niega la posibilidad a una pareja homosexual de adoptar un niño por el mero hecho de su condición sexual, estaría incumpliendo en su obligación de protegerlos y proveerles una familia, estipulado en el artículo 44 de la Constitución, al cual se suma la Ley 12 de 1991 que señala que en términos de adopción debe prevalecer el interés del menor.

Como la Corte no pudo encontrar ninguna evidencia que pruebe que una familia homoparental no le pueda proveer la misma protección al niño que una pareja heterosexual, por el mero hecho de su orientación sexual, la institución consideró que no puede ser un factor relevante para la consideración del ICBF (Instituto Colombiano de Bienestar Familiar) a la hora de estudiar una posible adopción. Inmediatamente, en un comunicado de prensa el ICBF hizo pública su decisión de acatarse a esta decisión.

Además hubo varios factores en relación con los magistrados que ayudaron que la votación pasará de un cuatro-cuatro al seis-dos que finalmente aprobó la adopción. Los cambios de en la Corte Constitucional de los últimos meses voltearon la balanza de la oposición, sumado al hecho que el magistrado Jorge Pretelt, quien tenía una posición en contra del proyecto, se ausentó de la votación por supuestos problemas de salud. Un punto importante fue la renuncia del conjuez Jaime Córdoba Triviño, quien había sido designado como reemplazo del magistrado Mauricio González que inicialmente se había declarado impedido por haber ayudado a redactar el código que estaba siendo demandado. Por esta razón, entró  como magistrada (e) Myriam Ávila Roldán, de corte progresista, pues el nuevo magistrado Alejandro Linares no se ha posicionado todavía. Por último, el regreso de Alberto Rojas sumó el voto final a favor de la adopción, en contraposición de quien había sido su reemplazo, Martha Sáchica, quien había votado en contra en la pasada discusión. Todos estos movimientos dieron las circunstancias óptimas para que el resultado fuera positivo.

No se puede desconocer tampoco el papel que ha tenido la posición del presidente Juan Manuel Santos y los ministerios de Interior y Justicia, actores de un Gobierno Central que siempre se había ausentado de la discusión, quienes se mostraron a favor de la adopción igualitaria y en pro de la diversidad. Grandes elementos que han generado un ambiente más amable, abierto y plural para que se presentaran estas discusiones en Colombia.

Sigue la oposición

A pesar de que la Corte dio su dictamen, la senadora Viviane Morales insiste en la implementación de un referendo sobre la decisión de la adopción en el país, el cual ha promovido desde que se conoció la tutela en septiembre del año pasado.

Resulta paradójico que una presentante del Partido Liberal sea quien lo cuestione. En su criterio, debe ser el pueblo colombiano quien decida sobre el derecho de las parejas homosexuales a adoptar, pero a su vez, el de los niños huérfanos a tener una familia.

Con la siguiente declaración: “La Corte se atribuye el poder del pueblo y desafía al 85% de los colombianos” y  bajo la consigna “firme por papá y mamá”, Morales está recolectando firmas para exigir esta medida. En abril, antes de la primera decisión de la Corte, presentó unas 230.000 y ahora le pide a los simpatizantes con su idea que impriman un formulario y recojan no menos de 12 firmas cada uno para volverlas a presentar, a pesar de que se considera que este recurso es una forma para las mayorías atropellen los derechos de las minorías.

Por su lado, el procurador Alejandro Ordóñez no guardó silencio y el jueves 5 de noviembre, un día después de la noticia, aseguró que va a pedir la nulidad del fallo, pues su opinión sigue firme en que una familia solo se conforma por un hombre y una mujer. La Iglesia Católica también hizo público su rechazo a la adopción igualitaria e hizo un llamado a los colombianos a que se opongan a la decisión de la Corte con una movilización que busca proteger “la naturaleza auténtica de la familia, así como los derechos fundamentales de los menores de edad”. También el expresidente Álvaro Uribe Vélez recurrió a su cuenta de Twitter para hacer uno de los comentarios más homófobos por parte de funcionarios públicos en esta ocasión: “El mal ejemplo al niño puede crear como normal una tendencia anormal a la promiscuidad”.

En últimas, una derecho más

A la final, sea como sea que sucedió y alegue quien alegue; es un hecho que la Corte Constitucional de Colombia votó a favor de la adopción igualitaria en el país.

El proceso por este derecho a la familia que empezó en 2012 cuando Chandler Burr un hombre gay soltero que pidió adoptar un niño y un año después cuando una mujer lesbiana quería adoptar a la bebé biológica de su pareja, finalmente parece haber un final feliz.

Solo resta esperar que los procesos de adopción no se vean entorpecidos con excusas, como en el polémico caso de Kim Davis, la funcionaria que se ha negado en Estados Unidos a otorgar licencias de matrimonio a parejas homosexuales alegando objeción de conciencia, cuando  el matrimonio igualitario ya es permitido en la totalidad de los estados.

 

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