Estados Unidos prohíbe la entrada al país del presidente de Chechenia, Ramzan Kadyrov, por considerar que vulnera sistemáticamente los derechos humanos de su país.

La Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) de los Estados Unidos, dependiente del Departamento del Tesoro, ha impuesto sanciones contra el presidente de la república semiautónoma rusa de Chechenia, Ramzán Kadýrov, y otras cuatro personas más.

En aplicación de la llamada “Ley Magnitsky” de 2012, Estados Unidos puede retener visas y congelar activos financieros a la luz de violaciones de los derechos humanos.

En este sentido, la OFAC sanciona a Kadýrov “por ser responsable de ejecuciones extrajudiciales, torturas u otras graves violaciones de los derechos humanos”. Por su parte, el presidente checheno, que sobre los homosexuales dijo no tener “ese tipo de gente aquí”, responde ahora que Estados Unidos “no tiene nada mejor que hacer” que prohibirle la entrada en el país.

A través de las redes sociales, Kadýrov ha ironizado sobre la noticia y ha añadido que este país norteamericano tiene en su haber “miles de casos sangrientos”, por lo que “puedo estar orgulloso si no soy adecuado para los servicios especiales de Estados Unidos”.

La persecución a homosexuales en Chechenia, república que forma parte de la Federación Rusa, saltó a los medios internacionales a principios de abril gracias al diario ruso Novaya Gazeta, y pese a las negativas tanto de las autoridades chechenas como de las rusas, así como de los esfuerzos de los defensores de Vladimir Putin por presentarla como una campaña de intoxicación, informes posteriores de organizaciones de derechos humanos la han confirmado.

El propio presidente checheno, Ramzán Kadýrov, aunque sin admitir de forma explícita la persecución, ha dedicado frases insultantes a los homosexuales y ha reconocido estar dispuesto a perdonar los asesinatos de estos que sus propias familias cometan para limpiar su honor.

Líderes internacionales, como Angela Merkel y Emmanuel Macron habrían exigido a Vladimir Putin que pusiera fin a estos abusos, lo que llevaba a Rusia a abrir una investigación para esclarecer los hechos, que finalmente determinaría que «no hay víctimas de persecución, amenazas o violencia» en la República de Chechenia.

Ante la pantomima que se traduce de esta investigación, Novaya Gazeta publicaba el mes pasado la lista de hasta 27 personas que habrían sido asesinadas a manos de los funcionarios de Kadyrov por el mero hecho de ser gays o bisexuales.

Mientras tanto, siguen llegando testimonios de personas que denuncian haber sido sometidos a torturas en campos de concentración clandestinos, para sufrir después el escarnio ante sus propios familiares a los que culpabilizan de deshonor.

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