Orlando Health y el Florida Hospital, quienes trataron las víctimas, se harán cargo de los casi 6 millones de dólares en gastos médicos.
Dos de las comunidades con más problemas a la hora de acceder a sanidad en Estados Unidos son la de los negros y los hispanos, y justamente la comunidad hispana fue la más afectada en el atentado al club Pulse en el que murieron 49 personas a manos de Omar Mateen.
No todas las víctimas tenían seguro médico y algunos de los que tenían estaban preocupados porque sus seguros no cubrían todos los tratamientos a los que se les sometió cuando pasaron por el hospital.
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Mario López, un chico de 34 años que estaba en Pulse de fiesta con unos amigos y que no tiene seguro médico estaba muy preocupado: “no puedo permitirme pagar ninguno de los gastos”. Mario sufrió una herida de bala en un costado y al caer al suelo su codo fue directo a un montón de cristales. La factura médica ascendía a 20.000 dólares.
David Strong es el CEO de Orlando Health, la empresa que dirige el Orlando Regional Medical Center (el hospital al que trasladaron a la mayoría de las víctimas del atentado). Strong ha explicado que se harán cargo de los gastos de las víctimas y supervivientes que hayan pasado por el hospital y no puedan pagarlas.
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Según Strong durante este tiempo muchas organizaciones y ONGs se han puesto en contacto con ellos para ayudar, “ésta es nuestra forma de devolver toda esa amabilidad”.
En el Orlando Regional, a un par de manzanas del club Pulse, se trataron a 44 personas, murieron 9 y otra sigue hospitalizada. Ninguna de las víctimas o sus familias tendrán que pagar los gastos médicos; el hospital enviará las facturas a las aseguradoras de los que tengan y cubrirá los gastos extra.
En el Florida Hospital, que trató a una docena de heridos, ni siquiera enviarán cobros a las aseguradoras.
Las facturas médicas en el Florida Hospital rondaban los 525.000 dólares; mientras que en el caso del Orlando Health eran casi de cinco millones de dólares.
