Mack Beggs tiene 17 años y está en proceso de transición, pero no pudo luchar según la identidad de género con la que se identifica, sino por el género con el que nació.

Beggs tuvo que participar en la categoría femenina el pasado fin de semana en el campeonato interescolar de lucha del estado de Texas, en Estados Unidos. Como se esperaba, no tuvo rivales que le dieran la talla.

Pese a que toma testosterona desde hace dos años todavía presenta niveles muy por debajo de los límites permitidos.

Su victoria generó rechazo, pero Beggs no quería estar ahí, como tampoco lo querían sus oponentes, pero no hubo otra opción ante la normativa vigente en la University Interscholastic League (UIL, por sus siglas en inglés), el organismo que regula las competencias deportivas y culturales en las escuelas públicas en Texas.

El reglamento establece que los luchadores deben competir de acuerdo al sexo que tenían al momento de su nacimiento y no hubo manera de introducir una excepción a la regla pese a las protestas y la demanda que se presentó a comienzos de este mes por considerar que se ponía en riesgo la salud de la chicas que tenían que enfrentar a Beggs.

«El mensaje que estoy tratando de enviar, el mensaje general que les quisiera decir a todos es que nunca se rindan y que no se rindan con ustedes mismos porque no saben cuándo se encontrarán a sí mismos», publicó The Washington Post.

Para Mack participar en esta competición no ha debido ser agradable, ni vencer el circuito de esta manera, no obstante ha agradecido a sus compañeros y compañeras el esfuerzo y trabajo realizado por todos.

Esta victoria no está exenta de polémica, ya que algunos padres habían protestado por su participación, no por transfobia en sí, sino por la injusticia que supone que un chico compita contra chicas.

Felicitamos a Mack Beggs y esperamos que pronto vuelva a competir y vencer… en su categoría, la de hombres.

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