Un vídeo de amnistía internacional se hace viral al destapar, a través de una tortuga, el alto grado de homofobia en turquía.

Si fueras a comprar una mascota… ¿Te importaría que fuese gay? Esta es la pregunta que se ha hecho Amnistía Internacional para destapar los prejuicios e ideas arraigadas sobre la homosexualidad en Turquía.

El vídeo muestra una tienda de mascotas con cámaras ocultas y done cuyo vendedor es un actor infiltrado. En el momento en que entran los clientes y se muestran interesados en adquirir una tortuga como animal de compañía, el supuesto vendedor enumera una por una las características del animal, entre ellas, su homosexualidad.

“¿Es gay? Es igual, me la llevo, es para un regalo”, comentan algunos clientes. En cambio, otros directamente le dicen al vendedor: “¿Es gay? No la quiero, cámbiala por una normal”, o “no deberías vender eso”.

La tortuga es la excusa perfecta para demostrar la homofobia imperante en la sociedad turca. En un país donde los crímenes de odio en contra de los homosexuales y transexuales se han incrementado en los últimos cinco años, dejando una lamentable cifra de 41 asesinatos.

El vídeo finaliza con un mensaje de respeto y tolerancia hacia el colectivo LGTB: “El amor es el amor, el odio es una elección”.

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